lunes, 31 de octubre de 2011
jueves, 20 de octubre de 2011
17 de Septiembre con Final Feliz
Diez y media y me mandan a traer una jaba de Heineken del patio. Mi papá habla animosamente con un cliente que justo ha llamado por un pedido de mercadería para su negocio en Sindempart como si fuera una quinceañera salvada por la campana.
Llego al patio y estoy mejor ubicado que en la Gran Carpa de la Pampilla. Se oye en una de las casas de al lado la canción de Coquimbo Unido cual himno comunista que se erige un rey en lo que claramente parece ser una reunión de familia.
Mientras tanto, arreglo el tubo fluorescente con el trapero que usé en la tarde. En mis oídos compite “la jardinera” de la Violeta Parra por mi escucha contra el cántico anterior. Ahora es como obvio comprender por qué mi abuela siempre ha pensado que Violeta es una compañera, si a la pobre siempre la enfrentan con tal himno de batalla aquí en la zona.
Llego al negocio orgulloso de aprender por mi cuenta la técnica de mi hermano con las cervezas como si fueran víveres de guerra mientras que mi padre vocifera por la mala distribución del stock. Le explico a mi mamá que mi demora se debe a un “atacaso artístico”
Mis receptores de leptina completamente bloqueados me ordenan servir un cappuccino y luego un grasiento brownie para saciar su sed de sangre.
Momento de tensión. Mientras vierto el agua sobre el café instantáneo, temo por la posibilidad de que quede mal preparado; puede que la chica de la televisión a la que le quedan 2 de 3 vidas pueda no llegar a los dos millones y medio de pesos; llega con horror a mi cabeza en el que un cuadro en el que mi papá ve el cuaderno con verborrea derramada encima da vuelta la página para hacer la lista del Don y se pierde para siempre.
Voy raudo donde mi padre empecinado agrupando las cosas con una gran sonrisa en su cara. Para mi alivio, hay un montón de especies sobre el cuaderno abierto en la misma plana. La arranco con rapidez y me escabullo hacia el negocio preocupado por la salud de mi espumosa hija nadando en una tasa grandota que dice “Felicidades”
Llego, el cappuccino es cremoso y la chica ha ganado los dos millones y medio.
Mis perversos receptores atacan nuevamente. Logro negociar con ellos agregándole azúcar al café por miedo a que me haga abrir el brownie, que me amenaza sensualmente.
Descanso un rato, el café es aceptable. La chica llega a los tres millones a costa de una vida (¡No vayas por los 5 millones, chica!)
>>Seba, una cristal en lata
>>Sí, mamá
domingo, 9 de octubre de 2011
Tedio
Otra vez paso por un momento como este
Cuatro horas frente al computador,
Hablando las mismas cosas
Hablando con la misma gente
La música de siempre en los audífonos.
Busco un quiebre
>>Abramos el juego de siempre que hace tiempo no juego
El juego está en ejecución,
Pienso… una vez iniciado
¿qué hacer?
Matar monos, subir un nivel, ser más fuerte para matar más fuertes,
Conseguir cosas para matarlos más rápido,
Cierro el juego mientras pienso.
Mañana al Mall a arreglar los lentes, conseguir entradas para un concierto y un bolso para la cámara,
El martes a natación, U, dormir,
Natación, U, trabajo, estudiar, dormir,
U, estudiar,
U, dormir,
Ensayo el sábado, concierto, dormir, concierto
Entretanto, hablar en pc las mismas cosas con las mismas personas
Plan a largo plazo,
Más U,
Pc: hablar lo mismo con la misma gente,
El intento de relación amorosa anual,
Bajonearse, alegrarse momentáneamente,
Café noche por medio,
Dieta,
Desequilibrio alimentario en período de pruebas,
Ordenanza masiva post prueba,
Dieta,
Natación, U, trabajo, estudiar, dormir,
U, estudiar,
U, dormir,
Ensayo sábado…
Entretanto, buscar intentos desesperados por trascender más allá de esta o la próxima vida humana, mientras hablo las mismas cosas con las mismas personas.
Si todo esto me molesta,
Cuando quiera puedo ir al psicólogo y al psiquiatra por antidepresivos y pastillas para dormir.
miércoles, 13 de julio de 2011
Luna Roja
La luna roja
Llamada a mi madre
Llamada a la Naty
“la Consagración de la Primavera”, Stravinsky
Un reencuentro con la Sinfonía de las Lamentaciones
La añoranza de algún día la inversión de los colores del cielo
Vueltas por lugares siempre indeseados
Recuerdos de la orquesta, mi madre y la Caro
“La noche llena de arpegios,
La copa de los nogales” suena en mi cabeza
Recuerdos con la banda frente al mar en una playa de nadie
Un barco “estacionado” a kilómetros de algún puerto
Miles de planes en cabeza:
Embotellar té de almendras
Estudiar más que nunca antes
Volver a lo del sushi
Caminar sin rumbo alguno nuevamente
Audífonos nuevos
Idas más frecuentes al colegio
Comprar un manos libres
Una nueva carcasa para el fono, más estético que nunca
Saludar más seguido a mis vecinos, conserjes y peatones.
La luna se vuelve nueva, roja sangre
Como siempre ha sido
Casas en tierra de nadie interludan el camino
… miles de historias que contar
Vidas admirables, otras despreciables
La gente se cambia de casa más seguido que de ropa
Su gente se enferma, nace, muere.
Siguiendo estoicos por sus vidas…
Sin dar respiro alguno
A un pucho
Nada
Nada más
… sobreviviendo
Viviendo
Viviendo…
Gente enormemente fuerte que pasa desapercibida a ojos del mundo,
Gente eternamente anónima por propia decisión
Gente infinitamente noble algunas veces
Gente totalmente mala muchas más
Por fin ver las estrellas después de un mes deprivado de su luz
Llevo dulces de la ligua a mi madre,
Que por primera vez en mi vida no me como
Un mapache de los “animalitos melancólicos” me saluda tiernamente
Por primera vez me indigna no ser registrado en el micro
Schumann sigue siendo hermoso aunque apenas me lo estudie, insisto
Ahora el diablo está en la música según Karl Jenkis
Mis piernas arden producto de una frazada de polar
UNA CADENA ES TAN FUERTE COMO SU ESLABON MAS DEBIL
lunes, 27 de junio de 2011
Carta Suicida
Ni la más potente manzanilla
sería capaz de calmar esta tristeza
Ni la más grotesca de las piezas musicales
perturbaría la presencia de esta pena
Ni el más letal de mis venenos
eliminaría de mi boca esta aspereza
Ni el más grande en mis cuchillos
dañaría en lo más mínimo este pesar
Ni la más elaborada teoría
dilucidaría parte alguna de este peso
Ni el más secreto de todos los dialectos
tendría palabra alguna para esto
Ni la enfermedad más sigilosa
se compararía con lo que hoy yo siento
Ni el más bello de todos los adagios
evocaría en lo más mínimo este dolor
Ni la escucha de un crepúsculo de cellos
describiría parte alguna de este infierno
Ni el escuchar palabra tuya
bastaría para sanarme
Ni el adalid de la luz blanca
algo haría por rescatarme de este mal
Ni el más mortal de mis solventes
roería la más ínfima fracción de esta agonía
Ni siquiera el abrazar la muerte
solución será para cumplir esta condena