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sábado, 28 de noviembre de 2009

Anonimato Desconocido

"Aquel niño bajo los manglares concebido fue siempre para el padre fruto de una equívoca pasión", decía su epitafio.

Fue criado por su madre, una mulata soltera para siempre, a la esperanza de que algún día volviese aquel ruin galán, como así lo nombraba cuando hablaba de quien él no era hijo, sino que "fruto de una equívoca pasión", como decía la primera y única respuesta al sinnúmero de cartas que ella le envió a este señor.

Desde pequeño comenzó a trabajar para ayudar a la ya débil madre, producto de la desgastadora y eterna espera. Pero como el dinero que traía a casa no bastaba del todo, juntó un poco en secreto cada quincena a costa de notables sacrificios. Compró semillas, un saco de tierra, y el uniforme para la escuela publica en donde más tarde se matriculó.

Gracias a las semillas, la madre cultivaba el propio alimento mientras seguía estoica (según ella) su espera. A los cuatro siguientes años el niño ya podía optar a mejores empleos, siempre guardando dinero en secreto.

El huerto de la madre era fructífero. Hasta podía vender las verduras excedentes, o cambiarlas por carne, harina o leche con las demás mujeres del otro lado del manglar.

Pasaron los años. El chico se graduó de la secundaria, la madre se ponía anciana.

Con el dinero que había reunido incondicionalmente, le consiguió una mucama que la asistía, cultivaba las verduras de su huerto y se encargaba de depositar sus cartas en el buzón dos veces por semana. "Aquel niño bajo los manglares concebido fue fruto de una equívoca pasión", refunfuñaba a regañadientes la madre todos los días religiosamente, a modo de oración para la comida una vez se encontraban sentados y listos en la mesa. Lo dijo desde el día en que recibió la respuesta de ruin galán que la hacía cada día más desgraciada hasta cuatro días antes de su muerte, porque para ese entonces ya había perdido el habla.

Por la gratitud que había mostrado a través del trato hacia su madre, él le propuso matrimonio a la mucama, quien aceptó en el acto. Su trabajo a esas alturas podía sostenerlas sin problemas a las dos; a pesar de ello, el huerto siempre siguió en pie, llegando a convertirse en parte importante de la tradición familiar. Fueron felices varios años, al tercero de casados la madre enfermó. Ni el médico ni la curandera del pueblo pudieron encontrar qué mal tenía, el siempre pensó que a su madre se la llevó el amor. Sus cenizas fueron esparcidas en los manglares, donde comenzó y tuvo término la vida de su hijo.

El había heredado la casa, que amplió hasta dos veces gracias a la ayuda de su mujer. Tuvieron hijos, según dicen los del pueblo, todos excelentes desde niños. Se dice que uno fue médico, otro trovador, hubo una hermosa bailarina, y hasta el primer vulcanizador.

El abuelo de los niños de ellos jamás supo. O que su hijo murió después de haber cumplido un siglo, y que en ese siglo había tenido siete casas, de las que dos donó a beneficencia y una perdió por un incendio el año de la sequía. Nunca supo si la mujer de los manglares seguía viva, si lo seguía esperando o había construido una vida ya sin él. No se enteró de nada.

El hombre nunca supo nada.

El no sabía nada.


Nada.



Ni siquiera eso sabía...

sábado, 10 de octubre de 2009

Recapitulación, prosternación



Creo que ha llegado la hora de destruir litarariamente a un yo que estuve fabricando y alimentando durante 5 años.

Creo que ya es momento de hacer ciertas confesiones a mí mismo para leerlas después para cuando quiera hacer rememoraciones posteriores... para cuando vuelva a cambiar, porque es una verdadera estupidez hacerse de la idea de que siempre somos los mismos siendo que que cada día al bañarnos ya somos personas totalmente diferentes: nuevas células han nacido para tras haberse ido un montón de otras camaradas muertas junto con el chorro de agua de la ducha... ya después de dos años ya ni rastro habrá de quienes somos en este momento. Así qué, procedo a dar cuenta por escrito para mí mismo en la posteridad de este cambio, para que cuando cambie nuevamente constate que constaté por escrito esto.
Esto es más que nada... una prosternación, un golpe a ese ego literario que se ensalsaba cada vez más que se reconocía un poquito menos ignorante, un ego que se ramificaba casi de manera exponencial, pero que jamás se hizo notar en un escrito ya que con el tiempo ha permanecido reprimido... Un ego que seguramente creía que una vez liberado soltaría de sus mangas hermosa poesía.
Pero ahora sé que nada hermoso hubiese salido de sus ropas o de su mente, porque ese ego era pomposo y avasallador... siendo que ahora mi ideal es la ligereza, la vacuidad. Porque qué puedo pretender al ensalsarme como hablante por sobre las cosas que digo... qué desubicuidad más grande el hablar por sobre el poder que tiene el océano, la inmensidad del horizonte o la lejanía de las montañas, si el té y el zenismo me han enseñado que mi proporción frente a todas esa cosa es más insignificante e ínfima de lo que pienso.

Jaja!
Me río al verme durante estos 5 años juntando versos en libretas, soñando con las plumas estilográficas en los escaparates de plásticas librerías de los centros comerciales... de hecho, ahora que lo pienso, también debería reírme de lo estúpido que me veo deseando las teteras indicadas para las variedades de té de las distintas teterías... porque a fin de cuentas es una reminiscencia de lo mismo, sin saberlo, sigo siendo esclavo, como diría Laotsé.
5 años juntando versos sin saber para qué en los primeros 2, pero el objetivo con la inauguración del blog se hizo mucho más claro... Y más aún con lo en el título que le dí:

Confesión:
El vil proyecto del título era algún día -cuando estuviesen algún día terminados y reencontrados aquellos versos que eran escritos sueltos- juntarlos, enumerarlos y darle coherencia y cohesión y hacer un gran poema autorreferente cuya estructura era la siguiente:
Un gran escrito dividido en tres partes principales:
1. Una gran descripción acerca de mi, de quién soy... cómo me llamo, por qué y a causa de quién y quiénes me es indiferente si soy o no nombrado (porque eso a pesar de todo sigue siendo así porque nada tiene que ver con el ego). Una descripción hecha a través de versos vagos escritos en principio sin ninguna coherencia entre ellos, pero que ese ego pomposo, siútico y Occidental fue hilando sin que yo estuviese vivo para aquellos entonces... recuerdo un proyecto de unión de versos de aquellos entonces, sólo recuerdo, porque, por suerte olvidé traer esas libretas tan nocivas conmigo:
"Ahora reposo protejido en las melodías entrecruzadas entre sí invocadas por la Batuta de Arvo Pärt, abrazado por los enormes clusters de Górecki, he redescubierto dentro de mi las matemáticas
pero hay cosas que para ser sincero, no puedo negar
el otro día sentí hambre de Ravel,
le he escrito cartas en mi mente a Lutosławski,
he querido salir sin un cuaderno y celular"...
Jajaja, vaya sarta de estupideces... por qué creerse superior por escuchar música con un poco menos de edad... definitivamente eso hoy para mi carece de sentido.
Creía que la música me identificaba, y creo que aún lo hace, pero también he aprendido que eso es errar... identificarse es errar... no porque está malo, sino porque eso no supera las fronteras del ego, y puta que es tonto alimentar un ego, porque quién nos da el derecho de apoderarnos de la existencia o de cosas que nisiquiera son nuestras, si nada nos pertenece: nacemos sin nada y nos iremos igual de este mundo, por qué entremedio hay que poseer, no tiene sentido. En fin, son cosas... cosas simplemente.

2. Un momento de suspenso, como ocurre en el primer movimiento de la "Sinfonía de las Lamentaciones", pero de una manera muchísimo más vulgar, porque no le llego ni a la punta de los talones a don Henryk Mikołaj Górecki: una constante repetición de esos versos anteriores con otras palabras hasta producir un precario quiebre: la propocición de la pregunta "¿Y cual es mi doctrina entonces?"
a la que las primeras líneas de la respuesta serían:
"Intentar abrazar el arte.
Aunque a veces olvide el carácter universal que tiene la literatura, por eso a veces lo miro solamente como un lindo sueño.
Tratando unútilmente salir a la calle con un lápiz y un papel, con la esperanza de recibir algún comunicado con el viento... llegar a ser tan sensible a su tacto y sus gélidas caricias hasta el punto de ser capaz de emular con palabras aquellas sensaciones"
Pero tampoco puedo olvidar las otras cosas que escribía acerca de esta "doctrina" y que jamás supe cómo interralacionarlas con lo anterior: cosas como querer alcanzar aquellas sensaciones mientras me encontraba ojeando libros pegado frente a un escaparate, o en lugares tan poco indicados como los café que mi hijo Lev suele frecuentar en mi proyecto de novela (que estoy pensando seriamente si retomar o no alguna vez); convirtiendo a los Centros Comerciales como catedrales a las que hay que visitar cada domingo de manera alternada para ver si alguna brisa que entre desorientada al vil recinto es capaz de comunicar algo al tocar el hombro de este niño ridículo que seguramente vendría saliendo de la peluquería o de comprar ropa a estas alturas con unos audífonos y música be Britney Spears dentro de ellos. Qué ideal más lleno de tinieblas, pero sin duda atractivo para muchos, irresistible para mi cuando llegué a la capital...
En fin, cosas, cosas que pasan

3. De seguro vendría a modo de conclusión una invitación sin la intención alguna de ganar más adeptos, una ideación de tríptico informativo acerca de las condiciones para pertenecer a esta doctrina "inalcanzable, poco profunda y contradictoria", la ubicación de los "lugares de oración", en qué consistía el "diesmo" particular a pagar de cada uno... y quien sabé qué otra sarta de estupideces en ese abanico intermiable del capitalismo. Y creo que para esas alturas, el plano de "Kyrie, el cielo del consumismo" ya estaría terminado... así que creo que sin dudas, el plano iría aquí, por supuesto.
Kyrie es un sueño que tuve mientras iba en colectivo a mi casa un día que tuve electivo de matemáticas, es un planeta de color verde lleno de neblina y personas negras informes en la periferia de la gran ciudad. Esta ciudad tiene forma de estrellla musulmana si es vista desde arriba. En cada una de sus puntas hay un ideal del mundo consumista hecho realidad... eso es lo que es Kyrie básicamente, el título que tendría alguna vez un supuesto libro de poemas que se me ocurriría editar.
Jajajaja, puede que lo escriba alguna vez, quien sabe... pero ya no visto como un anhelo con el que me identifique, sino con un enfoque totalmente diferente...



Cuántas cosas pasaban por mi cabeza hasta hace algunos meses, jajaja, creo que la más grande blasfemia fue la de un literato reprimido. Cómo se me ocurre que puedo escribir algo hermoso, si es que aún no he vivido la hermosura!, realmente es una locura... no puedo pretender servir el té si es que aún no lo he aprendido todo... sólo lo hago como una muestra de gratitud a mis visitas, porque el té es mi tesoro y me gusta compartirlo con mis pares.
He cambiado mucho, pero mucho este último año... pero no quiero ahondar en mucho porque eso igualmente es ensalsarse, porque sin querer estoy poniendo juicios a lo que hacía antes... y a lo que estoy haciendo ahora, y a lo que haré después... porque definitivamente no tengo para nada incorporado lo que he estado tratando aprender.
No soy nadie para andar predicando cosas por ahí, no puedo andármelas de nada si es que en mi no ha ocurrido ningún cambio que implique un poquito más de valentía.

Obvio que mi transformación en este año es muy evidente, pero sería lo más contraproducente de la tierra jactarme de todo el proceso que he vivido y de las cosas que he hecho para estar en donde estoy actualmente... bueno, aún soy pendejo... qué, tengo 20 años... tengo mucho que aprender.
Si me he acercado al budismo es sólo por lo que Osho ha sabido transmitir: Occidente se hace budista porque buda habla el idioma de los príncipes, mientras que en la India se convierte al cristianismo porque Jesús habla en el lenguaje de los pobres.
Es natural que al aprender cosas y al hacerme mayor entonces me haya inclinado hacia el Zen, que no es otra cosa que lo que todas las religiones han dicho desde tiempos inmemoriales. Pero aquellas religiones ya no sirven, están muertas... el espíritu religioso es rebelde... el cristianismo lo fue en su tiempo, el judaismo lo fue en su tiempo... pero ahora han muerto. Se es cristiano, judío o hinduista por una condición casi genérica, no como un signo de profunda rebeldía.
De nada sirven las escrituras... a la Biblia no le duele ser insultada, pero sí que se enfurece el cristiano cuando hacen burla a su contenido, y eso es producto de que el cristiano no cree en la Biblia, sino que en su Biblia, no hace otra cosa más que seguir sintiéndose desgraciado.
El conocimiento se alcanza cabalmente con la experiencia,
la desgracia se deja con la liberación de los jucios: no se es bueno ni malo, sólo se es... el ladrón es santo a la mañana siguiente, el pobre puede destronar al rey.
La liberación se obtiene a través de la comprensión
y la comprensión nada tiene que ver con reglas establecidas por un dogma, ni siquiera con la moral, sino con la vivencia profunda de las cosas.
Hay que quemar todo indicio de doctrina dentro de la mente
hay que lanzarse al vacío
debemos ser nuestra propia luz si es que queremos ver en la oscuridad
la vida naturalmente es ligera y no pomposa
Lo natural está en Oriente y no en Occidente
Hay que ser positivo según Parménides!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
y pensar que mientras leía ese libro discrepaba fehacientemente con esta afirmación... hay que ir a lo ligero, hacia la nada... porque dentro de nosotros no hay nada; no somos nada, el ego es el enemigo. El negativismo de Parménides va hacia el ego, hacia afuera, mientas que su positivismo va hacia adentro, hacia nosotros, nada.

Es mejor prosternarse, es mejor sentirse ligero, porque se es feliz naturalmente... ahora que lo pienso; sí, hay que tener mucha energía para seguir sintiéndose desgraciados, porque puta que cuesta agrandar cada vez más el ego y el carro del deseo.

De verdad que aún me falta mucho para convertirme en Sebastián

jueves, 5 de marzo de 2009

El hijo de Alejandro

La tristeza en la soledad de comer
solitario en una mesa de cuatro
en un departamento hecho para tres
sentado en una silla hecha para dos.
La tristeza de la soledad de estar
bajo el amparo de un foco nocturno,
de la soledad de los audífonos
en vez de frente a un contertulio.
La tristeza en la soledad de tomar
té frente a los sonidos de un computador
en vez de estar charlando en compañía.
La tristeza en la soledad de comprar
ropa en distintas tallas por si llega
alguien que necesite de una prenda,
alguien que quiera que él lo atienda.
La triste sentencia de la plegabilidad de la silla:
condenada de por vida a no ser nunca permanente,
la tristeza del que ya ha sido olvidado,
por alguien a quien más se quiere.

Y helo allí al pobre hombre solitario,
haciendo ropa de cama para dos,
compra juegos de loza para cuatro
mientras escucha temas musicales que del todo lo dejan destrozado.
Hace toda la comida para dos,
en su casa tiene doce vasos,
espera que algún día haya una fiesta,
celebrando, tal vez, su cumpleaños.
No pasa virutilla para el orden,
ni el cloro para inocuidad del baño,
sino para una eventual visita
que ha estado esperando hace unos años.
Su casa no es perfecta porque quiere
o porque así lo han criado,
es por si llega alguien a verle
y que quede impresionado;
que ella quede anonadada,
y que él quede atontado:
que quieran volver a casa,
volver a visitarlo.
No es cortés por etiqueta,
ni educado por estatus:
planea ser agradable
y vuelvan a visitarlo.
No adorna su casa porque así goza,
es más, todo lo contrario:
decora mientras piensa en los demás,
que vuelvan a visitarlo.

Y así se va su vida, ¡pobre hombre!
cuyo anhelo es ser acompañado,
sabiendo que eso nunca pasará
porque de él todos se han olvidado.

viernes, 27 de febrero de 2009

Nostalgia (a pedido de Natalia)

Me siento en una soledad comparable a la de la toma de agua que se erige como reina en cada pueblo del Valle,
a la soledad del cantar de una gaviota en madrugada,
a la soledad de mis placeres,
a la solemne soledad de los Antantandes

Me ha pasado que antenoche no pude dormir por pensar en ti
y que anoche soñé contigo
y al tranzar palabras desapareciste,
cual fantasía interrumpida por un grito
Esta vez fue tan real como las otras,
pero totalmente diferente:
desperté sin esperanza alguna,
sin ningún anhelo por quebrarse
¡Vaya que fue liberador aquel momento!
Primer sueño de amor
en que no llorase inconcluso desenlace

Me llena de nostalgia realmente
saber que hoy me marcho de mi tierra,
y el volver a verte no me calma;
de hecho me da miedo aquella escena.
Te recuerdo entre seis panes franceses
y una papa lisa que no vendo
mientras corto doce de jamón
y seis de cervecero
Escribo esto en una hoja donde saco yo las cuentas
y retengo los futuros versos mientras doy lo que me piden
y luego los escribo en la primera boleta sin reclamar que encuentro
o en la misma hoja de anotes en la que he comenzado a extrañarte.

Ya no hay tanta magia en el camino hacia mi casa,
espero encontrarla mañana en Santiago
caminando en Ahumada en la mañana
o jugando en los barrotes de la micro,
Hoy no hay burbujas volando por el centro,
no hay niños jugando en las esquinas que frecuento
La artesana que es mi amiga sigue allí,
le compro un móvil
después de haber comprado manjar con lúcuma
en el mercado frente al puerto.

Voy a ver a mis ex compañeros y a sus hijos
(¡quién sabe cuando será el próximo encuentro)
con un aire melancólico como estandarte
mientras viajo hacia donde están ellos.

Llego a mi casa de noche,
mi madre nostálgica simula estar enfadada conmigo,
mi papá me pregunta cómo estoy,
mis hermanos están más agresivos.
Con la melancolía de siempre hago las maletas,
dejando a propósito enseres en la casa
esperando a que mi padre me los traiga
cuando él venga donde mi en la semana que llega.

Abrazando una botella mientras viajo
recuerdo el whisky de tus labios,
la suavidad de tu cuerpo contra el mío,
la sobriedad ausente en la que me encontraba sumergido;
Me sumergí en migo mismo,
haciéndolo asimismo en ti,
viviendo una historia que no existe,
fantaseando maravillas y desgracias para mi.
Y heme aquí solo fantaseando,
inventando personajes e historias que no son,
maquinando hipótesis arcaicas cual científico a la antigua,
imaginando tus reacciones a las palabras mías
e imaginando mis reacciones a tus respuestas… Ia!
En ello lamento los juegos del corazón
y lo injusta que suele ser la vida,
queriéndome tontamente enamorar de otras personas,
queriendo desear cosas hasta más superfluas,
añorando no cerrarme a otros caminos
por querer insistir en este “experimento”.
Pero ya estoy aquí,
queriendo y temiendo volver a verte,
ya estoy determinado en qué quiero
Puede que te pierda después de ello,
Puede que te tenga por un tiempo
Puede darse que no se dé ninguna de las dos
(como siempre así lo ha sido)
Pero lo que importa, a fin de cuentas
es que habré sido consecuente
Consecuente con mi mente
Inconsecuente con mi cuerpo
Consecuente con mi alma
Inconsecuente con mis miedos.
Después de todo, al fin y al cabo
es que pronto voy a verte y tengo miedo.

sábado, 14 de febrero de 2009

Nada

Me encataría que la escritura se convirtiese en uno de los nuevos placeres con los que me comienzo ahora a encariñar, como el canto de las gaviotas, el sonido de los móviles de mi casa y el del alcohol y la bohemia.
He vivido tanto estos últimos meses
he aprendido un sinnúmero de cosas
definitivamente ya no soy Hugo
desde hoy abandono mi pasado y me presento al mundo como Sebastián
el yo que siempre quise para mi,
el yo que ha desechado el pasado que no le sirve,
lleno de defectos, como cualquiera
de hecho casi sin virtudes
por eso me encanta

Estoy ya dejando de decir que no me gustan las cosas que no he hecho y haciéndolas y juzgarlas después de haber vivido las experiencias
haha

domingo, 8 de febrero de 2009

Del "Altazor" de Huidobro y de la "magia" de la lengua

Tengo que admitir que discrepo en un punto con Huidobro.
Del Prefacio de Altazor, en un verso nos dice:
>>Se debe escribir en una lengua que no sea materna.

Yo me atrevería a decir que a lo que se quiere referir el escritor es que la lengua materna (en este caso el español) no es capaz de evocar la magia que quisiese que evocase.
Es cierto que es una lengua joven y escasa de la sabiduría y poder, que se le ha atribuido al latín y a otros idiomas que con el tiempo se han perdido y que se oyen maravillosamente poderosos a primera escucha. Pero ello ocurre exclusivamente porque somos nosotros mismos, los comunicantes, creadores permanentes de la lengua, quienes nos hemos encargado a lo largo de toda la historia de despojar de magia a nuestro idioma haciéndolo cada vez más impersonal y asimismo dejando de realizar actividades maravillosas a lo largo del tiempo (como la producción de pigmentos a mano, la recolección de hierbas, el hacer brebajes y las manifestaciones folklóricas en sí); añadiendo el desuso paulatino de palabras capaces de evocar hermosísimas atmósferas (como cascada, cristal, niebla, madera, esencia, nube, frescura, nívea, etérea, y un sinnúmero de palabras más que nosotros mismos hemos escondido para simplificar nuestro modo de comunicarnos; construir un lenguaje cada vez más pobre en términos capaces de crear actos de habla más ricos en todo aspecto, sea en enriquecimiento del léxico de la persona como en enriquecimiento de la capacidad creadora –poética- del acto comunicativo).
De hecho, creo que el escritor se contradice así mismo con el verso que le sigue:
»Los cuatro puntos cardinales son tres: el sur y el norte.
Que es uno de los versos más hermosos que he leído, tengo que admitir, escrito en una lengua absolutamente materna, evocando una multiplicidad de imágenes asombrosa: la rosa de los vientos, una reducción de términos altamente ingeniosa, una aliteración del sonido de la “t” bastante rico.
Obviamente, el escritor reafirma el primer verso que cité con los dos últimos cantos de su mismo libro.
Los primeros versos del Canto VI:
>>Alhaja apoteosis y molusco
Anudado
noche
nudo
El corazón
Esa entonces dirección
nudo temblando
Flexible corazón la apoteosis
Un dos tres
cuatro
Lágrima
mi lámpara
y molusco…
Que se encargan evocar solamente palabras mágicas y una multiplicidad de imágenes increíble, abandonando la lengua materna en un primer paso:
La destrucción de las relaciones sintácticas (no hay un “sentido” lógico presente en oraciones, que ni siquiera se forman) y semánticas (las palabras no forman un significado claro en conjunto en una primera instancia) entre cada palabra

El abandono definitivo de la lengua materna lo hace en el siguiente canto y último, cuyos primeros versos dicen:
>>Al aia aia
ia ia ia aia ui
Tralalí
Lali lalá
Aruaru
urulario
Lalilá
Rimbibolam lam lam
Uiaya zollonario
lalilá
Monlutrella monluztrella
lalolú
Montresol y mandotrina…

Ya destruyendo toda relación posible de realizar con respecto al lenguaje, pudiendo distinguirse solamente sonidos… a lo más uno que otro conector, ¿pero sabemos nosotros si Huidobro lo utiliza como tal o es solamente un sonido adicional a este Séptimo Canto?


Está más que claro que el poema en 7 Cantos de Huidobro es algo precioso, maravilloso y llenísimo de magia; y es obvio que tras abandonar cada vez más la lengua el poema se hizo más bello, pero creo firmemente que el escritor utilizó el primer verso que cité como premisa para poder hacer cada vez más hermoso su escrito al ir destruyendo las relaciones convencionales. Porque también hay versos preciosos escritos bajo el dominio de los formalismos más empecinados de la lengua, como el segundo citado (Los cuatro puntos cardinales son tres: el sur y el norte), altamente intelectual y que gracias a las relaciones numéricas que hacemos y con todos los “dogmas” que la misma lengua establece lo vamos convirtiendo en un fragmento cada vez más precioso. Estoy seguro de que TODOS somos perfectamente capaces de escribir cosas así de bellas sin la necesidad de abandonar la lengua materna… pero es un trabajo tan arduo como producir cualquier otra obra de arte, se necesitan de herramientas, disciplina, talento; pues estamos creando algo (el poeta es un pequeño Dios, uno de los aforismos de Huidobro), acción complicadísima.

¿Pero a qué me quiero referir cuando utilizo la palabra "magia"?
Jaja, no me refiero a actos de ilosionismo ni a convertir el plomo en oro sino a algo muchísimo más simple: a la captura de la esencia misma de las cosas. Magia es poder crear una imagen tan clara de algo que al percibirla podamos recrear lo que se dice con ello en su esencia más pura, nada más; ni nada menos que ello. Hay palabras que ya de por sí son mágicas, como cristal; que es hermosa a la escucha, llena de misterio, creando una imagen que es también hermosa.
Cualquier cosa hecha con pulcritud y a conciencia se convierte en arte, y el arte no es nada más ni nada menos que magia, ya que el objetivo del arte es la traducción de estímulos (que poseen una esencia, ya que es una propiedad inherente de cualquier cosa, incluso la nada) hacia el mundo de los sentidos. El arte implica la creación de algo a partir de la infinidad de posibilidades existentes en el mundo del hombre y una obra de arte resulta buena cuando la traducción de la señal que percibe el artista logra traducirse de manera fidedigna, haciendo que el espectador sienta algo similar (porque por muy genial que sea el artista jamás será lo mismo)
a lo que el "creador" experimentó.
Por ello, el trabajo del perfumista, del músico o de la geisha sirviendo el té es tan mágico como el más riguroso y ancestral ritual en el que se utilice una lengua antigua; el español puede ser tan mágico como el latín si así se lo permitimos (como fuimos capaces de hacer lo contrario).
¿por qué al pronunciar una palabra en un supuesto idioma élfico podemos invocar ramas y dragones y no podemos hacer lo mismo con el español?
la respuesta está en nosotros mismos: somos nosotros quienes le hemos quitado la fuerza a nuestra lengua y habérsela dado a otras.
No tengo la más mínima idea de si eso es reversible, pero me genera muchísima esperanza que el arte aún exista y que aún queden palabras mágicas en nuestro léxico y en otros países se hagan campañas para apadrinar palabras y cosas así.
Yo seguiré buscando palabras mágicas y soñando con personas realizando actos hermosos para compartir eso con quienes quieran que con ello los comparta.

Insisto:
No hay necesidad alguna de buscar fuera de lo que se nos ha dado para poder hacer algo de veras bello, es cosa de buscar bien dentro de uno mismo; buscar aquellas palabras mágicas que nosotros mismos dentro de nuestra historia hemos enterrado en lares casi inaccesibles para la memoria de la población hablante.
Nuestra propia lengua puede ser tan mágica como nosotros queramos.
La vida está llena de magia, pero por querer acercarnos al primer mundo estamos destruyendo una de las principales fuentes: el folklore: el legado de nuestros ancestros: los fabricantes de pigmentos, los jefes elocuentes, los brujos, los sanadores, los pensadores, los intérpretes de la naturaleza. Razón de ello se busca entonces para componer el latín o alguna otra lengua que haya quedado en el olvido, atribuyéndoles cualidades “mágicas” a aquellos hablantes perdidos en la memoria de la humanidad. Por muy joven que sea nuestra lengua, puede ser tan mágica como nosotros deseemos que sea, es sólo cuestión de creer.

jueves, 22 de enero de 2009

"Nunca pensé, creédmelo, un instante
volver a ver esta querida tierra,
Pero ahora que he vuelto no comprendo
cómo pude alejarme de su puerta"

Hace tanto tiempo que no accesaba este espacio

De hecho tuve serios problemas con la contraseña
xD

He vivido tantas cosas en este período de ausencias
... han pasado tantas cosas.
Me he perdido por un sinnúmera de sitios en Santiago Norte,
he conversado y entablado relaciones con gente que jamás en mi vida pensé conocer,
he roto tantos prejuicios que tenía arraigadísimos, hasta que me armé del valor suficiente como para solamente vivir el presente,
la he pasado tan bien haciendo cosas que desde otro punto de vista detestaría,
he aprendido tanto,
he vivido tantas cosas este último trimestre,
como también así he abandonado pasiones que se encontraban muy ocultas en mi por culpa del dinero,
he sido horrendo con ciertas personas,
consecuencia de ello también recibo tratos que no me agradan de otros individuos,
me he armado de muchísima fuerza,
aunque el tiempo no ha curado muchas heridas que yo sí creía ya cerradas;
he vuelto a llorar con Sinfonías,
he vuelto a ser una persona muy ocupada,
me estoy volviendo una persona que a veces no me gusta,
ya no lamento la dejación de este espacio,
me casé con el Café Literario,
me fui a vivir solo,
aprendí a hacer té helado como en los cafés,
me han enseñado a hacer puré solamente con un hervidor,
he trabajado seriamente,
he maquinado planes de una manera tan elaborada que a veces me asusto,
he aprendido a ser una persona más ahorrativa que ninguna,
tengo un sistema de agua caliente artesanal como ninguno,
he conocido gente maravillosa,
me he vuelto a maravillar con las cosas simples de la vida,
a pesar espacios de verdad benéficos para mi me siento libre de contradicciones,
hasta me he sentido útil a veces.




Pero lo más importante de todo, es que estoy bien conmigo mismo y me siento satisfecho con lo que hago, porque es eso lo que a fin de cuentas importa, nada más que ello