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sábado, 10 de octubre de 2009

Recapitulación, prosternación



Creo que ha llegado la hora de destruir litarariamente a un yo que estuve fabricando y alimentando durante 5 años.

Creo que ya es momento de hacer ciertas confesiones a mí mismo para leerlas después para cuando quiera hacer rememoraciones posteriores... para cuando vuelva a cambiar, porque es una verdadera estupidez hacerse de la idea de que siempre somos los mismos siendo que que cada día al bañarnos ya somos personas totalmente diferentes: nuevas células han nacido para tras haberse ido un montón de otras camaradas muertas junto con el chorro de agua de la ducha... ya después de dos años ya ni rastro habrá de quienes somos en este momento. Así qué, procedo a dar cuenta por escrito para mí mismo en la posteridad de este cambio, para que cuando cambie nuevamente constate que constaté por escrito esto.
Esto es más que nada... una prosternación, un golpe a ese ego literario que se ensalsaba cada vez más que se reconocía un poquito menos ignorante, un ego que se ramificaba casi de manera exponencial, pero que jamás se hizo notar en un escrito ya que con el tiempo ha permanecido reprimido... Un ego que seguramente creía que una vez liberado soltaría de sus mangas hermosa poesía.
Pero ahora sé que nada hermoso hubiese salido de sus ropas o de su mente, porque ese ego era pomposo y avasallador... siendo que ahora mi ideal es la ligereza, la vacuidad. Porque qué puedo pretender al ensalsarme como hablante por sobre las cosas que digo... qué desubicuidad más grande el hablar por sobre el poder que tiene el océano, la inmensidad del horizonte o la lejanía de las montañas, si el té y el zenismo me han enseñado que mi proporción frente a todas esa cosa es más insignificante e ínfima de lo que pienso.

Jaja!
Me río al verme durante estos 5 años juntando versos en libretas, soñando con las plumas estilográficas en los escaparates de plásticas librerías de los centros comerciales... de hecho, ahora que lo pienso, también debería reírme de lo estúpido que me veo deseando las teteras indicadas para las variedades de té de las distintas teterías... porque a fin de cuentas es una reminiscencia de lo mismo, sin saberlo, sigo siendo esclavo, como diría Laotsé.
5 años juntando versos sin saber para qué en los primeros 2, pero el objetivo con la inauguración del blog se hizo mucho más claro... Y más aún con lo en el título que le dí:

Confesión:
El vil proyecto del título era algún día -cuando estuviesen algún día terminados y reencontrados aquellos versos que eran escritos sueltos- juntarlos, enumerarlos y darle coherencia y cohesión y hacer un gran poema autorreferente cuya estructura era la siguiente:
Un gran escrito dividido en tres partes principales:
1. Una gran descripción acerca de mi, de quién soy... cómo me llamo, por qué y a causa de quién y quiénes me es indiferente si soy o no nombrado (porque eso a pesar de todo sigue siendo así porque nada tiene que ver con el ego). Una descripción hecha a través de versos vagos escritos en principio sin ninguna coherencia entre ellos, pero que ese ego pomposo, siútico y Occidental fue hilando sin que yo estuviese vivo para aquellos entonces... recuerdo un proyecto de unión de versos de aquellos entonces, sólo recuerdo, porque, por suerte olvidé traer esas libretas tan nocivas conmigo:
"Ahora reposo protejido en las melodías entrecruzadas entre sí invocadas por la Batuta de Arvo Pärt, abrazado por los enormes clusters de Górecki, he redescubierto dentro de mi las matemáticas
pero hay cosas que para ser sincero, no puedo negar
el otro día sentí hambre de Ravel,
le he escrito cartas en mi mente a Lutosławski,
he querido salir sin un cuaderno y celular"...
Jajaja, vaya sarta de estupideces... por qué creerse superior por escuchar música con un poco menos de edad... definitivamente eso hoy para mi carece de sentido.
Creía que la música me identificaba, y creo que aún lo hace, pero también he aprendido que eso es errar... identificarse es errar... no porque está malo, sino porque eso no supera las fronteras del ego, y puta que es tonto alimentar un ego, porque quién nos da el derecho de apoderarnos de la existencia o de cosas que nisiquiera son nuestras, si nada nos pertenece: nacemos sin nada y nos iremos igual de este mundo, por qué entremedio hay que poseer, no tiene sentido. En fin, son cosas... cosas simplemente.

2. Un momento de suspenso, como ocurre en el primer movimiento de la "Sinfonía de las Lamentaciones", pero de una manera muchísimo más vulgar, porque no le llego ni a la punta de los talones a don Henryk Mikołaj Górecki: una constante repetición de esos versos anteriores con otras palabras hasta producir un precario quiebre: la propocición de la pregunta "¿Y cual es mi doctrina entonces?"
a la que las primeras líneas de la respuesta serían:
"Intentar abrazar el arte.
Aunque a veces olvide el carácter universal que tiene la literatura, por eso a veces lo miro solamente como un lindo sueño.
Tratando unútilmente salir a la calle con un lápiz y un papel, con la esperanza de recibir algún comunicado con el viento... llegar a ser tan sensible a su tacto y sus gélidas caricias hasta el punto de ser capaz de emular con palabras aquellas sensaciones"
Pero tampoco puedo olvidar las otras cosas que escribía acerca de esta "doctrina" y que jamás supe cómo interralacionarlas con lo anterior: cosas como querer alcanzar aquellas sensaciones mientras me encontraba ojeando libros pegado frente a un escaparate, o en lugares tan poco indicados como los café que mi hijo Lev suele frecuentar en mi proyecto de novela (que estoy pensando seriamente si retomar o no alguna vez); convirtiendo a los Centros Comerciales como catedrales a las que hay que visitar cada domingo de manera alternada para ver si alguna brisa que entre desorientada al vil recinto es capaz de comunicar algo al tocar el hombro de este niño ridículo que seguramente vendría saliendo de la peluquería o de comprar ropa a estas alturas con unos audífonos y música be Britney Spears dentro de ellos. Qué ideal más lleno de tinieblas, pero sin duda atractivo para muchos, irresistible para mi cuando llegué a la capital...
En fin, cosas, cosas que pasan

3. De seguro vendría a modo de conclusión una invitación sin la intención alguna de ganar más adeptos, una ideación de tríptico informativo acerca de las condiciones para pertenecer a esta doctrina "inalcanzable, poco profunda y contradictoria", la ubicación de los "lugares de oración", en qué consistía el "diesmo" particular a pagar de cada uno... y quien sabé qué otra sarta de estupideces en ese abanico intermiable del capitalismo. Y creo que para esas alturas, el plano de "Kyrie, el cielo del consumismo" ya estaría terminado... así que creo que sin dudas, el plano iría aquí, por supuesto.
Kyrie es un sueño que tuve mientras iba en colectivo a mi casa un día que tuve electivo de matemáticas, es un planeta de color verde lleno de neblina y personas negras informes en la periferia de la gran ciudad. Esta ciudad tiene forma de estrellla musulmana si es vista desde arriba. En cada una de sus puntas hay un ideal del mundo consumista hecho realidad... eso es lo que es Kyrie básicamente, el título que tendría alguna vez un supuesto libro de poemas que se me ocurriría editar.
Jajajaja, puede que lo escriba alguna vez, quien sabe... pero ya no visto como un anhelo con el que me identifique, sino con un enfoque totalmente diferente...



Cuántas cosas pasaban por mi cabeza hasta hace algunos meses, jajaja, creo que la más grande blasfemia fue la de un literato reprimido. Cómo se me ocurre que puedo escribir algo hermoso, si es que aún no he vivido la hermosura!, realmente es una locura... no puedo pretender servir el té si es que aún no lo he aprendido todo... sólo lo hago como una muestra de gratitud a mis visitas, porque el té es mi tesoro y me gusta compartirlo con mis pares.
He cambiado mucho, pero mucho este último año... pero no quiero ahondar en mucho porque eso igualmente es ensalsarse, porque sin querer estoy poniendo juicios a lo que hacía antes... y a lo que estoy haciendo ahora, y a lo que haré después... porque definitivamente no tengo para nada incorporado lo que he estado tratando aprender.
No soy nadie para andar predicando cosas por ahí, no puedo andármelas de nada si es que en mi no ha ocurrido ningún cambio que implique un poquito más de valentía.

Obvio que mi transformación en este año es muy evidente, pero sería lo más contraproducente de la tierra jactarme de todo el proceso que he vivido y de las cosas que he hecho para estar en donde estoy actualmente... bueno, aún soy pendejo... qué, tengo 20 años... tengo mucho que aprender.
Si me he acercado al budismo es sólo por lo que Osho ha sabido transmitir: Occidente se hace budista porque buda habla el idioma de los príncipes, mientras que en la India se convierte al cristianismo porque Jesús habla en el lenguaje de los pobres.
Es natural que al aprender cosas y al hacerme mayor entonces me haya inclinado hacia el Zen, que no es otra cosa que lo que todas las religiones han dicho desde tiempos inmemoriales. Pero aquellas religiones ya no sirven, están muertas... el espíritu religioso es rebelde... el cristianismo lo fue en su tiempo, el judaismo lo fue en su tiempo... pero ahora han muerto. Se es cristiano, judío o hinduista por una condición casi genérica, no como un signo de profunda rebeldía.
De nada sirven las escrituras... a la Biblia no le duele ser insultada, pero sí que se enfurece el cristiano cuando hacen burla a su contenido, y eso es producto de que el cristiano no cree en la Biblia, sino que en su Biblia, no hace otra cosa más que seguir sintiéndose desgraciado.
El conocimiento se alcanza cabalmente con la experiencia,
la desgracia se deja con la liberación de los jucios: no se es bueno ni malo, sólo se es... el ladrón es santo a la mañana siguiente, el pobre puede destronar al rey.
La liberación se obtiene a través de la comprensión
y la comprensión nada tiene que ver con reglas establecidas por un dogma, ni siquiera con la moral, sino con la vivencia profunda de las cosas.
Hay que quemar todo indicio de doctrina dentro de la mente
hay que lanzarse al vacío
debemos ser nuestra propia luz si es que queremos ver en la oscuridad
la vida naturalmente es ligera y no pomposa
Lo natural está en Oriente y no en Occidente
Hay que ser positivo según Parménides!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
y pensar que mientras leía ese libro discrepaba fehacientemente con esta afirmación... hay que ir a lo ligero, hacia la nada... porque dentro de nosotros no hay nada; no somos nada, el ego es el enemigo. El negativismo de Parménides va hacia el ego, hacia afuera, mientas que su positivismo va hacia adentro, hacia nosotros, nada.

Es mejor prosternarse, es mejor sentirse ligero, porque se es feliz naturalmente... ahora que lo pienso; sí, hay que tener mucha energía para seguir sintiéndose desgraciados, porque puta que cuesta agrandar cada vez más el ego y el carro del deseo.

De verdad que aún me falta mucho para convertirme en Sebastián

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